viernes, abril 06, 2012

There's no place like home

Acabo de darme cuenta de una cosa. Bueno, en realidad, llevo tiempo sospechándola, pero acabo de concretar en palabras lo que antes era algo etéreo que me atenazaba la boca del estómago.

Mi blog me provoca ansiedad.

No me entendáis mal. Me encanta mi blog, le tengo mucho cariño, disfruto muchísimo escribiendo y sabiendo que tengo un público de al menos dos o tres personas que se leen mis idas de olla del momento. Pero desde que volví en enero, me pongo de los nervios mientras espero a recibir feedback. Lo cual es absurdo de principio a fin. Escribir aquí tras más de dos años de sequía es el equivalente de empezar de cero. Con la desventaja añadida de que no soy una completa desconocida, así que no engaño a nadie sobre mi grado de cordura o habilidades a la hora de escribir.

Hace poco un amigo me preguntaba: ¿qué haces en tu vida que sea sólo para ti? Y le contesté: escribir en mi blog. Lo cual es cierto, en parte. Escribir me libera y me obliga a salir de mi vórtice de caos interno. Me obliga a estructurarme y volver a la fase "ser persona", sin lo cual me diluiría en mi rutina diaria. El problema en estos momentos están siendo mis expectativas.

Aparentemente, estoy repitiendo en la Vida Virtual mis errores del Mundo Real. No puedo volver al pasado. O mejor dicho, no puedo retomar mi vida (en cualquiera de sus facetas) en el punto en que la dejé hace años. Aquí han pasado dos, pero en Madrid han pasado cuatro años. Que se dice pronto. Durante ese tiempo, la gente ha seguido con su vida. Sin mi presencia. Exactamente igual que hice yo. El dilema ha surgido cuando he intentado volver a encajarme en el puzzle sin tener en cuenta ese desfase temporal. Es imposible.

Cuanto más me empeño en volver a mis lugares comunes, más me frustra ver que estoy fuera. Y es que no tiene sentido que me comporte como si nada. Esta es una de las razones por las que paso más tiempo descubriendo blogs nuevos. El hecho de pasarme pegada al portatil día y noche también ayuda, claro. Siento como si el tren de mi vida, tras el último desvío, se hubiera ido deteniendo lentamente, hasta acabar en la vía muerta actual. Y es doblemente desesperante, porque recuerdo con claridad las velocidades de infarto que alcanzaba no hace mucho.

Pues hasta hoy, no me había planteado seriamente que ése es el problema. Que el tren está parado. Que si no me persono en la cabecera y lo pongo en marcha, aquí me quedo. Y es un sitio aburridísimo. Así que a ver si se me ocurre un destino pronto. O el tipo de carburante para ir calentando máquinas... Ehm... Esta analogía se me ha ido de las manos.

Nada, nada. Si en algo me estimáis, lo que tenéis que hacer, lectores y pelusas, es buscar en la barra lateral la imagen del tipo rubio ese tan majo, sentir como os invade su sabiduría, ¡y luego comentar, perras!

3 comentarios:

  1. Los mundos se mueven, y más los virtuales. Cuando recuerdo mis comienzos me doy cuenta de cuánto ha cambiado todo... Que no te agobie, encontrarás de nuevo tu lugar. Será nuevo, eso seguro, pero no por ello menos gratificante. Beso!

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  2. Vamos, la cosa no es tan mala como la solemos pensar. Según mi filosofía (patente pendiente de ser patentada), "Siempre podemos estar peor". El hecho es que todos cambiamos. Todo cambia. Todo es nuevo. No somos los mismos y al mismo tiempo somos los de siempre.
    Dices que la vida de todo el mundo siguió sin ti (desde hace cuatro y dos años, respectivamente). Y vale, es cierto. Pero tu vida también ha continuado (por lo menos la vida del mundo real). Estos años te han hecho ser distinta a como eras antes (a todos nosotros, mejor dicho), pero no te han hecho dejar de ser.
    A mí, personalmente, me gusta mucho lo estático, lo inmutable, lo que sé que siempre estará ahí. Pero el cambio es inevitable. Si buscas todo el tiempo vivir el ayer, te quedarás perdida en el pasado, y ese sí que es un limbo del que cuesta salir mucho (no es bueno vivir mirando el espejo de Erised).
    Si te esfuerzas continuamente por ser, el ser pierde su naturalidad, que es su esencia. Sólo tienes que ser, y luego lo antiguo y lo nuevo se acoplan de la mejor forma. A veces es mejor dejar que la historia se remiende a sí misma.
    Y ¡ánimo! Ya van dos comentarios en esta entrada XD (Ahora vuelvo a estudiar, cuando termine los exámenes de estas semanas me paso por otra entrada).
    Elen síla lumenn omentielvo!

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  3. El mundo virtual cambia muy rápido, tengo que volver a entrar en sintonía, eso es todo. Gracias por los ánimos, Vir, muaks!

    Tus comentarios son un soplo de aire fresco en este blog, Nicolás. Te tomaré prestada la filosofía (ya te pasaré los royalties). Y tienes razón, por supuesto, todo cambia para seguir igual, que decía aquél. Por cierto, me encantan tus referencias frikis, jeje

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La ortografía y la gramática son amigas mías. Si las pisoteas, la censura caerá sobre ti. Avisado quedas.

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