jueves, diciembre 21, 2006

¡Abogado, abogadooo!

Había olvidado que lo tenía, pero ahora no he podido resistirme a ponerlo por aquí. Toma cannon...

miércoles, diciembre 20, 2006

Chocolate con churros

Hoy llevo todo el día con una sonrisa de idiota...

No es que haya ocurrido nada especial, la verdad. Pero no sé, estoy feliz. Es una sensación tan agradable que se me hace hasta raro. Así que nada mejor para terminar la jornada que quedar con unas amigas y tomarnos un buen chocolate con churros calentito.

jueves, diciembre 14, 2006

Living is easy with eyes closed

La semana pasada, me saqué de la manga otra forma de ver el puente de diciembre y me fui una semana a visitar a dos amigas, actualmente en tierras inglesas. El viaje fue una pasada: tanto en Cambridge como en Londres disfruté como una enana y aprovecho para daros las gracias a ambas (aunque creo que sólo una, Sirio, me lee) por acogerme tan bien y sin protestar. Sirio, reitero lo que te dije, eres la mejor anfitriona del mundo y de mayor quiero ser como tú.

Creo que esperaré a comentar algo más del viaje para cuando tenga fotos que lo ilustren un poco... si todavía recuerdo cómo se hace eso de postear con fotos, claro. El caso es que ayer estuve dándole vueltas, justo antes de quedarme dormida, a un misterio que me tenía inquieta desde que salí al extranjero. La tecnología y yo tenemos una relación tempestuosa y no siempre salimos indemnes de nuestras luchas constantes. Esta vez el protagonista era el movil. Y una vez más, mi inconsciencia jugó el papel de malo de la película. He de decir que este viaje sólo fue posible porque un amigo se encargó de todos los preparativos y yo me dejé arrastrar, mientras continuaba inmersa en mi Máster del Universo.

[El problema de vivir en un plano paralelo a la realidad es el choque con ésta. Las razones por las que no muero atropellada cada cinco minutos me son totalmente incognoscibles. Le estoy muy agradecida a los hados, la fortuna o mi ángel de la guarda, pero creo que debería plantearme seriamente el regreso al aburrido mundo gris de la existencia de los mortales.]

Pues bien, la lucha de guerrillas que iniciamos mi móvil y yo fue a causa de mi poca previsión con el 'roaming'. Sencillamente rogué a los cielos que al tratar de encender el aparato, éste cobrara vida sin protestar y me resigné a que llamar y recibir llamadas se convirtiera en un lujo esporádico. Hasta ahí todo marchaba sin incidentes. El problema llegó al tratar de enviar un sms y así ahorrarme el desorbitado coste de la llamada. En ese preciso momento, apareció la resistencia y se acabaron los acuerdos de paz entre las partes. Vamos, que no pude enviar un sólo mensaje en el tiempo que estuve allí y me comuniqué con mi familia a base de emails (muy bien, mamá, estoy muy orgullosa de que superaras tus miedos). Mi contraataque consistió en ignorar el problema y aprovecharme vilmente de los amigos que me rodeaban.

Mi táctica funcionó tan bien, que hasta llegué a olvidarme realmente del endemoniado trasto. Pero cuando volvió a presentar batalla al llegar a casa, me negué a dejarle vencer en otra escaramuza. Así que decidí despertar a mi cerebro y obligarle a currárselo un poquito. Cuando empezaba a salirme humo de la cabeza, mis dedos cobraron vida propia y teclearon cinco dígitos mágicos "*133#". La navaja de Ockham nunca falla y la solución resultó ser la más sencilla posible. Mi saldo se mantuvo justo por debajo del límite que te permite mandar mensajes durante todo aquel tiempo. No tengo perdón.

lunes, diciembre 11, 2006

Por allí resopla

Se avecinan cambios en este blog. O puede que no, nunca se sabe con esto del cambio climático. El caso es que la autora por derecho propio de aquella gran frase de hace un par de post o meses (sí, la regularidad no es el sello de la casa, la verdad) que hacía una aguda reflexión sobre los campos de golf en Murcia, se ha ofrecido voluntariamente para colaborar por aquí. Bueno, en realidad no ha sido así exactamente. Más bien comentó un día que estaría bien colgar por la red todas estas alucinaciones y teorías que se nos ocurren de vez en cuando. Y como yo tengo un flamante blog casi de kilómetro cero, se lo he ofrecido. El "problemita" es que no tiene ni idea de lo que se va a encontrar bajo la carrocería. Y hasta aquí el símil automovilístico. Total, que yo le pasaré la dirección y dejaremos que le eche un vistazo cuando tenga un rato. Si todo marcha según el plan, este sitio taaaan mono y tan abandonado cobrará vida de nuevo gracias a una flamante colaboración. Esperemos que dure más que la anterior, cuyas aportaciones ascienden a un dibujo. Precioso, eso sí, le tengo mucho cariño a mi brujita, Saigal. Pero no te perdono el haberte olvidado de la contraseña ;)

¡Seguiremos informando!

viernes, noviembre 03, 2006

Teorizando que es gerundio

Hace tiempo que tengo este dilema. La gente que me rodea suele comunicarme sus locas teorías, que ocultan en realidad deseos truncados de investigaciones que nunca serán. Eso, unido a mis propias elucubraciones, me crea una gran ansiedad. Nunca sé si debo compartirlas con el mundo o callármelas.

Por una parte, decirlas aquí podría abrir las puertas a nuevas y más descabelladas teorías. O incluso darme la solución a preguntas inquietantes que alguien podría haberse tomado la molestia de contestar ya. Pero mi espíritu 'friki' y de 'científico loco' me persuade a guardármelas, con la esperanza de poder resolverlas por mí misma algún día.

¡Oh, no! Lo he dicho en voz alta... Buah, ya puestos: ¿que harías tú?

miércoles, octubre 18, 2006

Sentido común

"Los campos de golf son buenos para la seguía", me ha soltado una amiga esta mañana. Así, a traición y sin venir a cuento de nada. Afortunadamente, ha seguido hablando. "Porque si no, no me explico qué hacen tantos campos de golf en Murcia". Eso descartó su ingreso en un psiquiátrico ipso facto. Por un momento me había asustado.

Y tiene razón. El mundo sería un lugar mejor si las personas que no demostraran un cierto grado de sentido común fueran eliminadas. ¡Se acabaría con el problema de la superpoblación de raíz! Bueno, supongo que en el Tercer Mundo bastaría con que tuvieran acceso a preservativos.

(Sí, la que tiene fiebre soy yo)

lunes, septiembre 25, 2006

Aquí el que no es bueno se lo hace

Creo que es la frase que podría resumir una gran parte del Camino de Santiago, ésa que incluye los vínculos entre los que allí sufríamos y reíamos cada día. Pero no creo que pueda hablar de todo esto ahora. Ha sido mucho tiempo, mucha gente, muchas historias dentro de historias...

En realidad, hoy quería agradecer a Akin que me acogiera el domingo a mi llegada, y se encargara de preparar un estupendo beers&blogs, con gente maravillosa a la que prometo atender en mejores condiciones otro día (porque habrá más) cuando esté recuperada física y mentalmente. Me quedo con pequeños detalles y muchos libros y series de ciencia ficción (o no). También prometo fotos, en cuanto estén en mi poder, así que daos todos por aludidos y enviádmelas para que aparezcan por aquí. Como ésta de los McPotter.

jueves, septiembre 14, 2006

¡¡Licenciada!!

Y estoy tan feliz que no me lo creo. Así que para asimilarlo me voy al camino de Santiago durante diez días: si estás allí el domingo 24, ya tienes algo que hacer*.





(*) La noticia se irá actualizando según se vaya acercando la fecha para concretar lugar y hora.

sábado, septiembre 02, 2006

¿Y si...?

Metro de Madrid, 11 de la noche de un viernes, el tráfico habitual de gente. Entro al vagón y me siento. Enfrente, un hombre me mira fijamente, se levanta, se asoma a la puerta y vuelve a sentarse, esta vez a mi lado. La treta es poco original, de modo que opto por ignorarle. Mi mirada encuentra algo increíblemente interesante en la otra punta del vagón, y de paso, mi nariz encuentra también un aire más respirable que el hedor que emana del hombre.

- Oye.

No respondo. "Quizás si no le hago caso, se aburra y trate de entretenerse con otra cosa. Quizás sólo está borracho, o es un loco infensivo."

- Oye, tú, chica... ¡eh!... sé que me estás oyendo, no importa que no me mires, zorra... ¡eh!, zorra, oye...

Mi mirada se queda petrificada en un cartel informativo, y noto la lengua pegada al paladar. Mi mente borra una tras otra las barbaridades que farfulla aquel hombre, mientras una parálisis total se adueña de mi cuerpo. Medio atontada, busco frenética entre mis compañeros de vagón alguna reacción por su parte que me sirva de vía de escape. Nadie parece notar nada raro. Cada persona está inmersa en sus propios asuntos. Todo es perfectamente normal, exceptuando el silencio tenso que me oprime el pecho.

Una mano en mi muslo me devuelve la energía necesaria para levantarme de un salto y cambiarme de asiento; allí estaré a salvo. Mientras recupero la respiración, busco de nuevo a mi alrededor: al menos habrá una cara culpable, algo... Pero no, nada, lo mismo podría haber estado sola en el vagón.

Cuando por fin llega el momento de bajarme, trato de alejar el pensamiento que se me anuda en la garganta. ¿Y si ese hombre se bajara y me siguiera? ¿Volvería a estar rodeada de gente de cartón-piedra?



Espero no tener que comprobarlo nunca.

viernes, junio 23, 2006

Muévete sin despegar los pies del suelo

Me encanta viajar. Llevo los último cinco años haciéndolo con amigos cada vez que se da la oportunidad y es algo que disfruto al límite. Aunque el extranjero siempre tiene una atracción irresistible, lo que más me gusta es viajar dentro de las fronteras.

Son todo ventajas, si se piensa bien: sin cambio de idioma, de moneda, el dichoso pasaporte o el largo camino hasta el destino final. Pero eso no es lo que me atrae. Lo que realmente me emociona es que elija la dirección que elija, y mire al lugar que mire, aparecen una ciudad, un pueblo, unas gentes, un ambiente y unas costumbres distintas y maravillosas que conocer. ¡Sin salir de mi país! Me extraña que la gente no alucine mucho más con la cantidad de cosas que puede disfrutar: las distintas montañas, playas, centros históricos... ¡en tan poco espacio!

La diversidad y la riqueza que proporciona es un tesoro que muchas personas no valoran. En realidad se usa para fines tan horribles como crispación de los ánimos, inicio de guerras, manipulación, odio intercultural. Nunca lo voy a entender. No me considero una persona nacionalista, porque hace tiempo que me di cuenta de que las etiquetas no son capaces de definir a nadie, ni siquiera una parte pequeña de la forma de ser de alguien, y porque sé que las palabras pueden desviarse de su origen y acabar convirtiéndose en un extremo. Sólo sé que disfruto sabiendo que puedo tener muchas culturas y tradiciones a mi alcance.

Nací en Bilbao, vivo en Madrid y una gran parte de mi familia es de Barcelona. Me entristece cómo pueden usarse ideas políticas para retorcer conceptos bellos. Porque yo lo único que siento es que es sencillamente genial saberme en casa, aunque esté a 600km.

(Pobre Rip, su post sólo ha servido para salirse del tema, jeje)

domingo, junio 11, 2006

Ya la has vuelto a armar

No puedes despedirte de uno de tus amigos con un beso en el cuello. Y menos si su novia te está mirando fijamente desde la otra punta. Te traerá problemas.

Si se ofrece a llevarte a casa por la noche, sonríe y asiente. Y mientras te alejas, no la pierdas de vista a ella ni por un segundo.

Luego no digas que no te avisé.

domingo, mayo 21, 2006

Un pequeño paso para el hombre...

... Y todo para que no me riñan por no actualizar. ¿Que añadir dos enlaces a la lista de la derecha no se considera como actualizar? Vaya. Sabía que fallaría algo. En mi defensa he de decir, er, no, no tengo defensa posible: soy un desastre. Pero eso ya lo sabíais desde el principio.

Pues si creíais que actualizaba poco, no sabéis lo que os espera ahora que llega la recta final de junio (¡temblad, temblad, malditos!). Ejem. Ya pasó.

Esto es todo, si os aburrís: visitad 'El blog de Jotacé' para echaros unas risas infinitas, o id a echar un vistazo a la cantidad de cosas 'CuriosasPeroInútiles' que Remo y Patxi se entretienen en buscaros. Como esos dos se mudaron hace poco, no sé si se han dejado algo por el camino. Como la Esencia de CPI, por ejemplo. Ah, recordad la máxima de Jotacé: "La mitad de la gracia de este sitio, reside en los comentarios y sus autores". Que no se diga.

jueves, mayo 11, 2006

El poder del miedo

Se desmayó. Y al tiempo que caía, experimentó la sensación contradictoria de estar elevándose a un ritmo vertiginoso.

Una negrura infinita le esperaba. El frío, condensándose en forma de niebla, giraba y giraba a su alrededor, congelándole la respiración.

La contemplación del vacío era horrorosa. Horroris vacui, recordó. Por encima de su cabeza aparecieron aquellos ojos verdes, mirándole fijamente, sin parpadear. Por fin, gritó.

Y el sueño se disolvió.

jueves, abril 27, 2006

We're half way there

Mirando el otro día un vídeo de la canción Livin' on a prayer, de Bon Jovi, se me ocurrió pensar algo realmente estúpido. Y como todas las cosas estúpidas que se me ocurren, sólo me di cuenta de ello cuando se lo comenté a mi hermano:

- Pues era mucho más guapo Jon Bon Jovi en este vídeo de los 80 que en el que me bajé el otro día del Emule, ése de un miniconcierto que dio el año pasado...
- Tú y tus manías. ¿Pero has visto qué pelos llevaba? ¿No te gusta ahora?
- No, si sigue estando bueno y eso, pero la forma de cantar, de moverse, de sonreir. En este vídeo no para de saltar y hacer el payaso.

Por fin, una lucecita del tamaño de un letrero de neón se me encendió en el cerebro:

- Anda, claro, si es que han pasado veinte años. Si no era así cuando era joven, ¿cuándo lo iba a ser?

Que cosa más tonta, ¿verdad? Pues tardé un buen rato en darme cuenta de que esos veinte años entre actuación y actuación lo cambiaban todo. Bueno, aún puedo permitirme el lujo de ser una inconsciente y de no apreciar estos detalles fundamentales. O por lo menos, lo puedo poner como excusa.

El caso es que hace un rato estaba pensando en el vídeo de marras (otra vez). Repasaba en mi cabeza los saltos de Bon Jovi sobre el escenario y se me ocurrió que eso es más o menos lo que llevo haciendo desde que nací. Espera, espera, que tenía sentido. A ver, mi cabeza funciona a base de imágenes, así que hay que ponerse en situación receptiva. :

Cuando uno está al principio de su vida, creciendo, formándose, va trazando un camino y se le presentan, a su vez, otros tantos caminos ante él. Cuando eres joven te ves de pronto ante un sinnúmero de posibilidades, ramificándose ante ti, extendiéndose hasta el infinito. Así que allí planté al desmelenado de Jon Bon Jovi, saltando alegremente de camino en camino. Al principio es muy fácil, todos los caminos parecen posibles, cada uno con su atractivo, de momento lo suficientemente cerca como para que el cambio sea sencillo. Según se va avanzando, hay que alargar más el paso para poder escoger otro sendero mejor adaptado a nuestras necesidades, los saltos se dan con más esfuerzo y el riesgo de caer aumenta. Finalmente, te encuentras con que llevas mucho tiempo en la ruta actual, que ya no intentas saltar en busca de un nuevo rumbo, y casi te sientes satisfecho. Pero al echar la vista atrás y contemplar la senda que nunca se ha de volver a pisar... (Tenía que hacerlo, lo estaba pidiendo a gritos). Decía, que al mirar atrás, forzando al máximo los recuerdos, aún debemos apreciar aquellos otros caminos que apenas pisamos, si es que lo hicimos, y entonces la luz que nos rodea se atenúa.

Por eso el Jon Bon Jovi actual se había oscurecido. Su pasado había sido demasiado brillante. Su sonrisa fue más sincera y sus ojos más inocentes, cuando contemplaba todo aquello que podría ser. Cuando él se mira, ¿estará satisfecho? ¿o sigue jugando al "¿Y si...?" como hacemos el resto de los mortales?

miércoles, abril 19, 2006

Una noche de lectura... mágica

Esperando en la parada del autobús hace un par de días, me fijé en el siguiente anuncio:


Me pareció sencillamente genial sólo por el hecho de mantener las librerías abiertas hasta medianoche. Lo primero que me recordó fueron las tres últimas veces que salieron libros de Harry Potter, y el nerviosismo (aderezado con mucho marketing) que impulsó a los ávidos lectores a no esperar la apertura habitual de las tiendas. La siguiente conclusión fue que era la excusa perfecta para comprar un libro (o varios) con descuento cuando volviera a las tantas de las prácticas vespertinas.

Si lo hubiera dicho con un poco más de tiempo, podría haber propuesto una mini-kedada, pero como soy un desastre, tendré que conformarme con que lo lea alguien de por aquí (lo siento, sólo para residentes en Madrid) y se anime a celebrar la novedosa fiesta: habrá recitales, cuentacuentos, conferencias, conciertos, lecturas públicas, películas, música callejera, fiesta en la Fnac (?)... y mucho más que no me ha dado tiempo a enterarme.

El 20 de abril, ¿quién se apunta?

sábado, marzo 04, 2006

Un tijeretazo a tiempo

Me he cortado el pelo. En primer lugar, porque sí. Pero no quiero engañarme, sé que esa no es la razón principal. Necesitaba un cambio a todos los niveles, y el corte era lo más fácil y rápido. Las tijeras tienen algo de drástico. Tampoco la elección de cómo debía ser el corte ha sido casual. Por supuesto, éste es un peinado que me gusta, que me gustaba de antes. También es cierto que me agobiaba el pelo largo, estaba cansada de llevarlo así, siempre igual. Estaba aburrida de que nadie notara nada cuando me cortaba un poco las puntas. Si la gente no nota que cambias, quizá no estás cambiando.

Me he dado cuenta de que me muevo a base de impulsos, y el resto del tiempo me dejo llevar. Ésta última suele ser la mayor parte del tiempo. Me acobardo ante lo que me mira fijamente a través del cristal, y cierro los ojos hasta que amaina el temporal. Por eso esta vez he empuñado las tijeras. Tenía que hacer algo para retomar el control sobre mi vida, antes de que me engullera el bramido del exterior.

Pero el motivo que más satisfacción me daba, aunque a veces me cueste reconocerlo, es que sabía que te molestaría. Quería no gustarte, para ver si así reaccionabas. Como esa última vez que uno gira la cabeza, con una pizca de esperanza, justo antes de echar a andar y no volver atrás. Porque en el momento en que de ese primer paso en otra dirección, ya no me daré la vuelta. Tendrás que alcanzarme tú. Y, créeme, no va a ser tan fácil.

viernes, febrero 17, 2006

Conversaciones de almohada

¿Por qué se muere la gente a mi alrededor?

¿Hace falta la muerte para validar la vida? ¿De verdad apreciaríamos la vida si no fuesemos a morir? Pero, ¿qué necesitamos para darnos cuenta? Si el único golpe de efecto es el último que recibimos, ¿qué aprendemos? Si justo nos damos cuenta de lo que vale la vida al morir, ¿de qué sirve?

La gente se muere a mi alrededor. No me gusta. Me da miedo. Aún no quiero morir, pero aunque eso ocurriera, a mí realmente me daría igual. Porque para mí sería el final. Ya está. Se acabó. Que le ocurra a otros, sin embargo, gente a la que quiero...

El otro día desperté llorando, luchando con las sábanas, la desesperación y la angustia. Soñé que morían mis padres. Recuerdo que al final no sólo sentía pena, también rabia porque nadie quería decírmelo, reconocérmelo. Y yo lo sabía. Sufría por la sospecha, y luego sufría por la verdad.

¿Es mejor prepararse para la muerte, propia o de otros? Quizá aprovechar hasta el último minuto sea menos doloroso. Pero, ¿para el que se queda o para el que se va?

Se queda. Se va. ¿A dónde? Es tan reconfortante no pensar, a veces; saberlo de antemano sin necesidad de razonamientos.

Ascensión, Cristina, Sotero: ¿ya nunca más? La huella no se borra, por eso duele. Si se borrara, ¿dolería menos? ¿dolería más?

¿Por qué sigo oyendo tus pasos cansados, toc, brum, toc toc, brum, cada vez que vuelvo a tu casa? Siempre digo que soy muy impresionable. Es que guardo las impresiones de mucha gente. ¿Es eso la eternidad? No la persistencia de la memoria, la persistencia en la memoria.

domingo, febrero 05, 2006

Turquesa


Turquesa
Originally uploaded by Crystal Inhumana.

Desde allí la vista era envidiable. El marco creado por el arco de medio punto, con su enrejado de volutas en la parte superior, daba al jardín el aspecto de estar en otra dimensión, más elevada y separada de ésta. El estanque de aguas tranquilas reflejaba unas nubes que se movían perezosamente por el azul del cielo. La vegetación del jardín, fresco y exuberante, era una explosión de verdor que aliviaba del calor del mediodía, sólo con verlo.

Se respiraba paz, una paz insospechada, como un oasis oculto entre las dunas de un árido desierto, pisoteado por el fragor de una batalla ya olvidada en la memoria de los hombres.

Se removió intranquilo ante el recuerdo del inminente enfrentamiento. Por un momento, al respirar profundamente bajo la sombra del pórtico, había creído formar parte de aquel vergel, tranquilo y silencioso. Pero el inexorable movimiento del Sol alrededor de la Tierra le advertía que no podría eludir su destino.

miércoles, enero 11, 2006

Inevitable

Murió de falta de torso. Alguien le disparó con un desintegrador.


Isaac Asimov, qué gran tipo.

lunes, enero 09, 2006

Yo, Crystal

Esta tarde, al abrir un libro por una página al azar, me he encontrado estas líneas nada más posar los ojos:
KLEE, Paul (1879 - 1940)
28 Ich Krystall.
Citado por D. J. Haraway en Crystalls, Fabrics and Fields, Yale, Londres, 1976, p. 33

Curiosas coincidencias. Sobre todo ahora que leo Rayuela.